Cuenta la leyenda que Buda, antes de su
muerte, decidió dar sus mejores dones a los animales de
la creación, pero el Emperador de Jade lo convenció para
que realizara una carrera y así determinar quiénes serían
merecedores de esos regalos.
La carrera sería a través de un bosque, de varias llanuras,
prados y finalmente cruzando un río antes de llegar al
punto de destino.
Para que nadie tuviera ventaja sobre otro, el premio seria
repartido para los doce primeros animales en llegar.
La primera en llegar fue la rata, le siguió el búfalo, el
tigre, la liebre, el dragón, la serpiente, el caballo, la oveja,
el mono, el gallo, el perro y finalmente el cerdo.
En reconocimiento, Buda le regaló un año a cada uno de
ellos. Cada animal gobernaría un año, en el cual influirían
sobre la personalidad y el carácter de todos aquellos que
nacieran en él.